miércoles, 28 de septiembre de 2011

Ser o no ser adolescente, esa es la cuestión

Hoy en día muchos adultos se "quejan" de lo difícil que es ser padre, pero nadie se ha parado a pensar en lo complicado que es ser adolescente. Todas las mañanas madrugón, tras habernos acostado tarde por culpa del estudio, vamos al instituto, y por más que en ciertas clases nos entren ganas de dormir, como a los padres en el trabajo, no lo hacemos, porque hay más que aprender y estudiar, en cambio los "papás" con despacho propio se pueden pegar una siesta que nadie se entera. Además de esto está el tema de la ropa, no llevamos traje y cada mañana pensamos en que ponernos, un dilema continuo dado que queremos ir estupendas y a la moda, aunque no siempre se consigue. También nos empezamos a enamorar, por ello dejamos de estudiar y luego suspendemos.
Llegados a cierto punto debemos tomar decisiones que sinceramente no querríamos.
Pero ahora viene la cosa, los padres pasaron por eso y sobrevivieron, a si que nosotros también podemos. Propósito nuevo, dejar de intentar ser perfectos y aceptar que ser padre es seguramente más duro.
Oh, mierda un grano, no, definitivamente es más difícil ser adolescente, además somos el futuro (aunque no lo parezca)

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